Una vez leí la historia de este hombre que cayó con su vehículo por una empiñana peña de una solitaria montaña. El hombre se las ingenió para agarrar la punta de una saliente con su mano derecha. Al ver el inminente peligro en el que se encontraba (y su impotencia para salvar su vida) gritó a voz en cuello: "Señor Dios Todopoderoso Que Estás En los Cielos, ayúdame !" De pronto, una voz rompió los cielos y dijo: "OK. Suéltate y yo te apañaré con mi mano." El hombre guardó silencio por unos momentos y luego exclamó: ¿Hay alguien más allá arriba?"...Esta historia me es muy familiar. Brinca a mi mente la frase de Mike Murdock: "Cada vez que le pidas a Dios un milagro él te dará una instrucción". Lo que el Dr. Murdock no dice es que por lo general, esa instrucción es demasiado incoherente, carece de sentido para nosotros, nos reta, nos aflige, nos estira y nos hace exclamar: "¿Hay alguien más allá arriba?".
Escribo estas palabras para darte coraje. No se si yo me hubiera soltado de la roca confiando en la voz de Dios. Pero me reta mucho a confiar en Él día a día. Espero que tú también decidas dar un paso alocado de Fe.
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